El sentido de un blog | Artica – Centro Cultural 2.0.
Acaba de salir un nuevo número de Pillku, revista online colaborativa en la que participamos habitualmente. De este número, nos pareció interesante compartir el artículo “Internet y comunidad” de David de Ugarte, acerca de las virtudes del blog como herramienta para fortalecer comunidades. Dado que en nuestros cursos onliney procesos de asesoría recibimos muchas consultas en torno a los blogs, nos pareció muy oportuno divulgar la visión de David que es también relevante en el ámbito de la comunicación de proyectos culturales.
Cuando un artista, activista o profesional de la cultura llega a nosotros con estas consultas, por lo general ya viene constatando que “estar en las redes sociales” es una opción necesaria pero limitada. Los intercambios en ellas son muy efímeros, los contenidos breves y fragmentarios, los formatos muy rígidos y el alcance real bastante determinado, a fin de cuentas, por el pago de publicidad.
Pero cuando recomendamos la apertura de un blog se genera un poco de estrés, ya que da la sensación de que hay que pasar por un proceso de preparación y lanzamiento muy complejo antes de presentar al mundo un nuevo medio de comunicación.
Tras leer el artículo de David, surgen algunas claves acerca del “misterio” de gestionar un blog. Y es que el blog no es el resultado de un proceso previo de preparación de un producto que se debe lanzar “acabado” y con cada detalle previsto. Por el contrario, un blog es un proceso en sí.
Dice David:
Al esforzarnos por escribir y comunicar las cosas que estamos aprendiendo o que nos inquietan, las sistematizamos, las conectamos unas con otras conscientemente. Reordenamos el mundo y nos lo reapropiamos. El blog es la principal herramienta que tenemos para entender mejor lo que nos rodea y ser más autónomos. El blog es un sitio abierto donde discutir con libertad significa fundamentar ideas antes de transmitirlas, donde el objetivo no es imponerse ni convencer a nadie, sino aprender juntos.
El blog, entonces, transparenta la evolución, las investigaciones y búsquedas, que hay detrás de un proyecto. Y a la vez, nos permite construir la narrativa de ese proyecto. No es un mero escaparate para exponer logros o avances ya cristalizados. Tampoco es un dispositivo meramente de propaganda o de incidencia directa. El blog es un “work in progress” infinito porque, antes que nada, vamos a experimentar modificaciones en nuestras propias prácticas de lectura y escritura, y eso va a impactar en las actividades y proyectos que queremos presentar a través del blog.
Si bien nos interesó destacar ese aspecto de la reflexión de David, recomendamos leer el artículo completo y repasar otras razones fundamentales para tener un blog: la autonomía para comunicarse más allá de la supervisión de unos pocos monopolios, una mayor garantía de permanencia con la tranquilidad de que el contenido lo podemos llevar con nosotros a servidores propios o a aquellos que nos dan seguridad, y la capacidad de encontrarnos con nuestros pares sin importar que sean usuarios de determinado servicio online o no. Pero por encima de todo, la recuperación de una Internet distribuida como base para una comunicación más libre y horizontal en la que realmente puedan florecer comunidades.