¿Y si era soberanía documental lo que yo quería decir con soberanía tecnológica?

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  • Semilla

    Mis primeras ideas, intuiciones, notas e inspiraciones. La posterior polinización generada a través de la edición hace que prosperen las ideas.

Es mucho tiempo que vengo leyendo, e incluso escribiendo, sobre soberanía tecnológica. Es algo muy importante la verdad porque versa desde el hecho de contar con herramientas creadas a escala humana y no empresarial como el tener la certeza que no serán espiado por motivos comerciales. Y bueno, esto por resumirlo mucho porque hay mucha chicha en esas dos palabras.

Desde hace unos días, viendo el desarollo que vamos teniendo en el Club Manhattan, y la recepción de algunas críticas constructivas a la forma en que creamos ciertas herramientas me ha hecho pensar mucho en esto. Últimamente no me canso de decir que no somos integristas en esto del uso de herramientas. Más que nada porque hay un mundo bastante hardcore en la cuestión de lo libre y que a veces (no lo neguemos) hecha para atrás a un público social bastante amplio. Cuando digo público social me refiero a esas personas trabajadoras de organizaciones sociales, asociaciones barriales y un largo etcétera que tienen de sobra ganas de escuchar sobre otra forma de usar y crear herramientas digitales pero que necesitan una introducción amable. Entrar a trallón con la cuestión que o usas Linux o estás cagado o que te pongas a cifrar tus discos o es que no estás entendiendo nada puede ser (vamos, que lo es casi siempre) una de las razones por las que se alejen de la tan añorada migración.

Ahora, en esa expresión de «no somos integristas» tal vez lo que estaba escondiendo, de una forma no consciente, es la consideración de una serie de etapas. Primero, me interesa muchísimo más la comunicación social que la tecnología, y por tanto entender la tecnología como una forma de hacer las cosas. Toca introducir una costumbre de pensar sobre dónde publico mi información, cómo la comparto, a quién le pertenece, etc… antes de meternos al «con qué herramienta la creamos». No deseo establecer aquí ningún concepto pero tal vez desde la comunicación social podríamos empezar a hablar de soberanía documental como paso previo a la soberanía tecnológica. Entendiendo esta última como el fin deseable pero oye, sin agobios.

Dejo esto en nota para ser podada otro rato.

De momento te dejo el Dossier Ritimo para meterle bien el diente a eso de la soberanía tecnológica por gente que sabe de lejos más que yo del tema.

Pd: acabo de ver que tengo creada la etiqueta soberanía digital. A saber qué metí ahí!

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